DON
JUAN MANUEL
(Escalona, actual
España, 1282 - Córdoba, 1348) Escritor medieval castellano. Hijo del infante
don Manuel y sobrino de Alfonso X el Sabio, heredó el título de gobernador
general del reino de Murcia y participó activamente en las luchas políticas de
su tiempo.
Así, apoyó en un principio a Fernando IV durante su minoría de
edad, para pasarse después al bando de Alfonso de la Cerda cuando éste fue
proclamado rey. A su caída, volvió junto a Fernando IV, y tras la muerte de
éste participó en las luchas nobiliarias sobre la regencia del menor Alfonso XI
(1327-1337), quien le había prometido el gobierno del reino de Toledo; cuando
el regente incumplió la promesa, le retiró su favor y abogó por el infante don
Juan.
Juan Manuel se casó tres veces: con la infanta Isabel de
Mallorca, con Constancia de Aragón y con Blanca, heredera de la casa de Lara,
con lo que consiguió incrementar considerablemente su fortuna y su prestigio
nobiliario. Posteriores problemas con el rey lo alejaron por un tiempo de la
política y se refugió entonces en la labor literaria.
Fue uno de los hombres más cultos de su época y contribuyó de
forma importante a dar un impulso decisivo a la prosa castellana. Basándose en
fuentes latinas, creó una obra personal, de intención didáctica, de gran unidad
lingüística y estilística. Sus obras iban dirigidas a formar a los jóvenes
caballeros nobiliarios, instruyéndolos en una moral práctica destinada a darles
recursos para desenvolverse en la vida de la corte.
Una de las tesis
predominantes de su producción, toda ella de carácter didáctico y moral,
consistió en asegurar que cualquier hombre puede salvarse, siempre y cuando sea
fiel a las obligaciones de su condición social. Así se aprecia en el Libro del cavallero et del escudero (1326), en el cual es notable la influencia de Ramon Llull, y en el Libro de los estados (escrito entre 1327 y
1332), adaptación de la leyenda medieval de Barlaam y Josafat.
Si bien en la primera obra el elemento narrativo es mínimo, en
la segunda se cuenta ya con un estilo definido la conversión al cristianismo
del rey de Morobán, su hijo Johás y el maestro Turín gracias a la sabiduría del
cristiano Julio, que se detiene en el análisis concienzudo de los principales
estamentos sociales.
Otras obras del autor
son el Libro de la caza y el Libro infinido, en los que abundan las referencias autobiográficas, y la Crónica abreviada, resumen de la Primera Crónica General de
Alfonso X.
Preocupado por la transmisión de su obra, algo insólito en la Edad Media,
depositó todos los originales en el monasterio de Peñafiel con el objeto de
asegurarse de que no sufrieran alteración alguna por parte de los copistas.
El conde Lucanor
Pero su obra más
importante es sin duda el Libro de los enxiemplos del
conde Lucanor et de Patronio (redactado entre 1325 y
1335), más conocido con el título abreviado de El conde Lucanor. La primera parte consta de 51 cuentos basados tanto en fuentes
orientales (sobre todo las colecciones de apólogos del Sendebar y el Calila e Dimna) como cristianas (la Disciplina clericalis de Pedro Alfonso).
En cada uno de los 51
"ejemplos", el conde Lucanor pide consejo a su ayo Patronio sobre
cierta inquietud o problema, y Patronio ilustra su respuesta con un relato
relacionado con la cuestión planteada con el fin de instruirle. Entre los
cuentos destacan el del sueño mágico de don Illán, que inspiró una comedia a Juan Ruiz de Alarcón; el de doña Truhana,
precedente de la fábula de la lechera; el de los tejedores que hicieron al rey
un paño invisible, utilizado por Miguel de Cervantes en el Retablo de las maravillas, y el del mancebo
casado con una mujer brava, que sirvió de tema a La fierecilla domada de William Shakespeare.
El estilo de los cuentos
de la primera parte, de gran naturalidad y concisión, alcanza un considerable
nivel de fluidez narrativa, aunque don Juan Manuel nunca supeditó a este logro
sus propósitos didácticos. En la segunda, tercera y cuarta parte de El conde Lucanor hallamos series de
proverbios o sentencias, ordenadas de menor a mayor dificultad, y en la quinta
y última, un sermón moral de Patronio sobre el modo en que los hombres pueden
alcanzar la salvación.
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